Carta de un gibraltareño al diario español de tirada nacional El País.
Estimado/a Señor/a.
Recuerdo cuando Francisco Franco causó el cierre de la frontera entre España y Gibraltar en 1969. La frontera se volvió a abrir para peatones en 1982 y para vehículos en 1985. A lo largo de esos largos años del cierre, Gibraltar se enfrentó a un nuevo acoso y, a la vez, se cuajó el creciente sentido de identidad que ya venía, desde muchas décadas, latiendo en el alma de los gibraltareños. En aquellos años del cierre y pese a los desafíos y a las difíciles realidades cotidianas, jamás abogamos por cambiar el estatus británico de Gibraltar ni su soberanía ni nuestra nacionalidad británica. Con la apertura de la frontera, Gibraltar triplicó sus esfuerzos por salir adelante al enfrentarnos a nuevos desafíos que nos traían nuevas oportunidades y horizontes. La Línea de la Concepción y la zona vecina a Gibraltar se veían abandonadas por Madrid que en vez de emprender un coherente desarrollo, decidió, con suma maldad, marginar aún más a estas ciudades vecinas.
Crecí pues, alerto a las campañas difamatorias contra mi país por una serie de gobiernos españoles alocados por un odio sin fondo ni precedente hacia mi patria. Éstos perseguían, con indecente obsesión, una política demencial contra Gibraltar. En cada fracaso político y/o económico, la derecha española, por norma, intentaba despistar anclándose en el talante fascista de la cortina de humo manipulando la opinión pública española contra Gibraltar.
Hoy volvemos a esa misma política de enfrentamientos nutrida por la derecha española. Digo y repito: Gibraltar no es español ni los gibraltareños somos españoles ni nuestras aguas son españolas, ni lo es nuestro aire ni nuestra identidad ni nuestras metas nacionales ni nuestros ensueños. Siempre hemos extendido una mano de amistad, vecindad y prosperidad hacia el pueblo español. Nuestra lucha no es contra la nación al norte de Gibraltar. Nuestra lucha es contra aquellos que se sumergen en el fascismo para intentar sofocar el deseo y el derecho de los gibraltareños a la auto-determinación. No lo van a conseguir. Jamás. Este último ejercicio de locura por el actual gobierno español tropieza con una población gibraltareña que ya está cansada de ser el chivo de expiatorio de sucesivos gobiernos españoles. El actual ha perdido la cabeza, las riendas y el rumbo. Gibraltar se defiende y se defenderá como jamás lo ha hecho. El gobierno español será el perdedor. Siempre lo ha sido.
La identidad de los gibraltareños es más solvente, resistente y persistente que la maldad, ceguera y provocación de un gobierno español que va tremendamente a pique.
La prensa internacional tacha de bufón de turno y de payaso de la política internacional al ministro Margallo en su campaña demencial contra Gibraltar.
Pido que los españoles no se permitan ser despistados por la cortina de humo lanzada desde Madrid contra Gibraltar con la finalidad que el electorado español olvide en la estantería del olvido la corrupción que se extiende, como una plaga maligna, en el partido que gobierna. Y pido a los españoles que cuando hablen de Gibraltar, sepan distinguir entre la verdad y la mentira. Las falsas mentiras lanzadas contra Gibraltar están paridas y esparcidas por un grupo de políticos y muchos medios de comunicación españoles de talante tercermundista que suenan cada vez más a loros borrachos. Las mentiras sobre mentiras que se fabrican en esa plantilla anti-gibraltareña en algún rincón oscuro en la sede del PP forman parte de otra época y de un talante político que no tiene lugar en la Europa moderna.
Las larguísimas e inhumanas colas en la frontera condenan al gobierno español por su política salvaje contra inocentes forzando a estos a soportar un sol infernal y una política demencial.
En una disertación del año 1947, el autor académico alemán, Teodoro Adorno, explicó cómo uno de los rasgos del carácter fascista es la tendencia paranoica de éstos de proyectar sobre gente inocente las cualidades violentas y agresivas del mismo agresor.
Cuando el gobierno español y los medios de comunicación nos acusan de un listado interminable de fechorías, reflexionen. Recuerden aquel dicho español; "el ladrón piensa que todo el mundo es de su condición."
Para concluir, desde Gibraltar lanzo una invitación a todo aquel que quiera conocer la transparente verdad sobre Gibraltar: 'visítenos y conózcanos'. Aquí estamos y estaremos - desde siempre y hasta la eternidad.
Le saluda muy atentamente desde Gibraltar.
Levi J Attias
Gibraltar
Ante la duda que el periódico El País publique la carta y para que no quede en el vacío, pasamos a publicarla en el blog
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